Como abogado, la capacidad de convertir los problemas en oportunidades es una de las estrategias que pongo en práctica en mi trabajo diario. Esto no sólo me ha permitido diferenciarme de otros en el ámbito jurídico, sino que también me ha ayudado a crecer como persona en todos los ámbitos de mi vida.
Todos nos enfrentamos a problemas en un momento u otro de nuestra vida profesional, con nuestras familias, pareja o incluso amigos; es simplemente parte de la vida. Evitarlos no suele ser una buena opción, pero afrontarlos con la actitud adecuada puede marcar una gran diferencia en el mundo, y esto es una elección.
Así que, cuando pensamos en transformar un problema en una oportunidad, debemos entender que no hay fórmulas infalibles. De hecho, en mi experiencia como profesional del derecho, como madre y como emprendedora, he descubierto que no hay fórmulas fáciles para nada en la vida, pero hay varios principios fundamentales que pueden ayudarte a cambiar tu perspectiva para encontrar soluciones y/u oportunidades en medio de lo que percibimos como problemas. Estos son algunos consejos:
No evites el problema. Nada de posponerlo, mirar hacia otro lado, buscar atajos o alternativas… lo primero, lo más básico, es aceptarlo. Ármate de paciencia, ármate de valor y piensa que un problema en realidad puede verse como un reto, como una forma de probarse a uno mismo. No es algo irresoluble, es una prueba, tal vez muy dura, que te hará mejor persona o mejor profesional y de la que seguro saldrás victorioso. Convertir los problemas en oportunidades implica, antes que nada, mirarlos de frente.
Aíslate, aléjate y reflexiona. Pon distancia y observa la situación problemática desde fuera. Imagina que le estuviera sucediendo a otra persona y trata de reflexionar de manera objetiva acerca de lo que le aconsejarías. Haz una lista, haz esquemas, dibujos… lo que necesites. Tómate tu tiempo para esta tarea, las decisiones tomadas con prisa no suelen ser las más acertadas; si el problema lo permite espera un poco a ver la situación desde una perspectiva más objetiva.
Apóyate en la experiencia de otros. Es tu reto, pero nadie dice que debas resolverlo tú solo. Incluso aunque no quieras pedir ayuda, puedes buscar información en libros o en Internet acerca de cómo otras personas se han enfrentado a situaciones similares. Piensa en amigos, familiares que hayan pasado por lo mismo. Incluso en personas famosas o reconocidas y por supuesto en personas que sean un referente para ti.
Por experiencia, puedo dar testimonio de que cambiar nuestra perspectiva para encontrar oportunidades en medio de los problemas no es tarea fácil. Sin embargo, es una de las habilidades más importantes que se desarrollan en la vida. Se trata de poner en práctica una actitud, de romper las barreras mentales y de adoptar una nueva forma de afrontar los retos.
Con el paso del tiempo, cuando miramos hacia atrás y vemos en perspectiva todo lo que hemos vivido no se ve tan difícil como lo veíamos mientras lo estábamos viviendo. Comparte este Blog con todos tus conocidos, seguro te agradecerán la información.
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